# Casting para Bonnie Bennet

Otro libro descendió con virulencia, desde la librería hasta el suelo, pude saberlo a parte de por el tremendo ruido, porque casi cayo sobre mi pie derecho, suspire aliviada, que suerte había tenido. Bueno siendo sinceros, suerte no era lo que tenía en estos momentos, llevaba allí unas tres horas, y nada, nada de nada, ni una respuesta, ni una solución, solo información que ya sabía. Otro suspiro se escapo de entre mis labios, esta vez de frustración, pensaba que en la casa de mi abuela podría encontrar todas la respuestas, eso era lo que solía decirme ella. Aquella casa antigua, con enormes pasillos y grandes bibliotecas repletas de libros, que hasta hacia relativamente poco tiempo pensaba que eran unos simples libros de historia, y fantasía. Derrotada me deje caer sobre el desgastado suelo de madera. Se me acababan los recursos, ¿que debía hacer?, ¿como debía actuar?, en estos momentos echaba tanto de menos a mi abuela que, hubiese lo hubiese dado todo por volverla a tener aquí a mi lado ofreciéndome su consejo y su apoyo. Cerré lo ojos lentamente, mientras un sentimiento de nostalgia se apoderaba de mí. Miles de recuerdos llenaron mi mente en cuestión de segundos, una cara arrugada, una sonrisa amable, unos ojos compasivos y un cabello corto, blanco, así fue, así era mi abuela, una persona a la que solía tachar de loca, y que aún así nunca se enfadaba por ello. Temperamental y con un extraño don de liderazgo, siempre sabía, que hacer y que decir en cada momento. La que podía mantener la cabeza fría en la situaciones más complicadas, la que nunca juzgaba, la que siempre te apoyaba tanto en los buenos como en los malos ratos. En definitiva, una persona fácil de admirar, pero difícil de olvidar. Entonces me di cuenta, algo mojaba mis mejillas, una gota resbalaba sobre esta. Rápidamente me apresure a quitármela con la manga del jersey. No, me maldije, no, no era tiempo de sentirme abatida, ahora no podía permitirme lo, tenía que ayudar, tenía que servir de utilidad. Elena me necesitaba, no podía fallarla.
Me levante, y empecé a recoger los libros que había tirado mientras buscaba en la alta librería. De pronto uno llamo mi atención, a simple vista parecía uno normal y corriente. Era un libro bastante robusto, y con gran cantidad de hojas, lo recogí, y lo abrí por la mitad, eche un vistazo rápido, ¡las letras se movían!, ¿¡Que!?, de la impresión se me escurrió de entre las manos, y con un golpe seco tocó el suelo. Minutos después aún estaba allí, paralizada, con los ojos abiertos de par en par. ¿Que acababa de pasar?, intente aclarar mis ideas, seguramente habían sido alucinanciones mías, me dije a mi misma, pero algo me decía que no era así, que lo que había visto era real, entonces fugazmente una se me ocurrió algo, ¿y si era un libro de hechizos?, era perfectamente posible, mi abuela había sido un bruja, porque no habría de tener un libro de brujería, aun que esta teoría tuviese sentido, algo extraño tenía ese libro, con algo de recelo volví a cogerlo, esta vez con más cuidado, en ese momento tuve una sensación extraña que me hizo estremecer, una escalofrió recorrió mi cuerpo, era una mezcla de frió y rudeza, desconfianza y temor, pero sobre todo, miedo. En ese instante me di cuenta de que mi corazón ya no seguía un ritmo normal, sino que ahora latía alocadamente, ¿que era esa sensación?, pero lo más importante, ¿que significaba?.